Chicos: el Secador de Pasta (Para los que no teníais claro lo que me había comprado en el supermercado chino, era eso, un simple "tendedero" de spaghettis) ha pasado a la historia... ha muerto de éxito antes incluso de ser inaugurado oficialmente, y ha pasado a ser una más de mis herramientas para cocina.
Y es que ha tenido mala suerte, el pobre. Ha caído en mis manos, la niña de mis ojos (es una princess), y lo es por varias cosas:
- Abre delante de mí un nuevo mundo (de luz y de color).
- Hace piii piiii piii (que siempre acompaña más que un bicho inerte).
- No me ha fallado en un malo, malísimo momento... (ahora os cuento).
Ayer por la mañana, me desperté con la llegada de mi "Home Breadmaker", o "Panificadora" o "Pacificadora" como la hemos apodado cariñosamente en casa - no preguntéis porqué.
La estrené casi de inmediato: con el pan básico del programa básico, y en medio de un gran "guirigay" en la cocina.
Estuvo trabajando (ella, no yo), durante 2 h. 37 minutos: más o menos 1/5 parte amasando, 3/5 partes reposando el pan y 1/5 empezando a hornear... y justo cuando empezaba a oler toda la cocina a pan... PLAS. Apagón.
Que desesperación, que impotencia... después de media tarde pendiente de "telepan", mirando cuando no estaba empañada la ventanilla, como me hace esto Fecsa-Endesa, Enher, o quién narices le diera al interruptor del off?
No voy a entablar una discusión sobre la precaria y vergonzosa situación de los servicios en Barcelona de este último año (del Agua, no puedo hablar so pena de quedarme sin ingresos, de la Electricidad, que decir que no se haya dicho: es un escándalo, de las Rebeliones en "El Prat" las he sufrido en propias carnes y despotricaría demasiado, y de la Renfe y la ministra... no encuentro palabras que se puedan escribir, y eso que no soy usuaria habitual de tren!), porque la protagonista de hoy es ella, "La Pacificadora".
A los 30-45 minutos de apagón (la cena a medio hacer, y mis invitados esperando bajo la luz de las velas), volvió la luz, y el pan seguía allí... ya frío, esperando. Le dí al programa "Bake" y a los 20 minutos... sorpresa: Un resultado excelente! Un pan con la costra crujiente, y con una miga tupida y blandita que cogió un poco más de cuerpo a las horas. Un pan con aroma y consistencia del "de Pueblo".
Y ya lo dijo alguien alguna vez: los malos momentos unen (como los enemigos comunes), y una vez puesta a prueba su lealtad.... ME LA QUEDO!