11 de setembre del 2008

La Península de Punta a Punta II: Cotlliure (El Rosselló, la Fggggggance)




Vale. Ahí se nos fue un poco la mano de la península. Pero pasamos por Port Bou (eso SÍ es una de las puntas de la Península, no?).



Cotlliure (Collioure) es un pequeño pueblo costero Francés, rozando ya la frontera con España. Allí, se puede visitar la tumba de Antonio Machado, pero eso, es solo una excusa para conocer este pueblo (no tengo devoción por visitar tumbas, ya sean literatos, músicos, héroes o familiares. Es una forma de turismo, lo sé, pero un tanto siniestra si me permitís la opinión).




Para un catalán, es curioso toparse con el exceso de folklore catalán que se puede encontrar en cualquiera de los escaparates de sus múltiples tiendas de souvenirs... lo sé, no es nada malo, solo un poco oportunista, teniendo en cuenta, que lo más catalán que tiene es el nombre, sobretodo antes de perder su T y adoptar su O (oficialmente, es Collioure). Me recordó vagamente a los sombreros de Mejicano que se venden en las Ramblas de Barcelona, no sé si me explico...





También hay que alabar su vino (muy joven, y muy bueno, especialmente el blanco), su paisaje (del que os pongo alguna fotografía, moteado de vides) y sus paseos nocturnos al ladito del mar y rodeando el castillo (suspiro). Os adjunto foto de mis pies maltrechos (pero con impecable pedicura) en uno de estos nocturnos paseos.





Como conocedores de este pueblo desde hace tiempo, tengo que reconocer que debido a su gran aceptación entre turistas familiares, es más recomendable en invierno (o mejor, a medio tiempo), que en verano, pero en esta ocasión... pillamos.







No dejéis de tomar las Moules Frites (Mejillones con patatas fritas... exótico, verdad? Las hay al All i Oli, a la Marinera, a la Catalana - como no...), algo de ostras (no pidáis las del Mediterráneo, si os dejan elegir, mejor las del Atlántico, aunque vengan de lejos), las deliciosas Anchoas de Colliure, y ensaladitas de las ricas, ricas.





Para Alojarse:








Para tomar una copa (dificil pero posible):



- Les Templiers - su bar es excelente, ni que sea para ver la pinacoteca que cuelga de sus paredes, y el ambiente bohemio que se respira en él. Preparan Mojitos



- Le Petit Café - aunque su terraza está a primera línea de mar, cerca de la iglesia, el auténtico tesoro, es su dueño y su refugio: el bar decorado estilo "Art Noveau", toda una joya para la vista.



- Piano Bar - no abundan los bares de copas, así que aquí os dejo uno más.







También es interesante, (se que suena a broma) el trenecito turístico... te hace una visita guiada por los viñedos de la zona, hasta Port Vendres (cuenta con un puerto pequeño pero hondo en el que es frecuente ver grandes barcos de carga, y que cuenta con fama ya desde la época Romana). En Port Vendres, no dejéis de comer en Chez Pujol, menús a buen precio con un pescado y marisco de primera.




En las fotos, podéis apreciar el primer plato que tomé en el menú de Chez Pujol (toma ya), así como una instantánea de la vuelta en tren.






Por último, mencionar el mercado que hay (miércoles o jueves, lo siento pero no puedo recordarlo) con sus paradas de embutidos, pan, plantas y flores, y sobretodo - mi favorita - de espécias, donde compré "Ciboulett" seco para meses, como siempre que visito Francia.